viernes, 27 de enero de 2017

LA ERÓTICA DEL CONSTRASTE

Algo mágico y poderoso tienen los contrastes. La oscuridad y la luz. El bien y el mal. El hombre y la mujer. Hay una belleza inusual en la dualidad, en tanto son conceptos que generalmente chocan y luchan pero no pueden vivir el uno sin el otro, son como dos caras de una misma moneda, un Ying y un Yang en un equilibrio de fuerzas siempre luchando entre ellas, pero gozando de un balance inamovible.

Norte y Sur son otros dos conceptos duales análogos. Algo más que dos palabras o lugares opuestos, sino dos formas de concebir la vida, que curiosamente casan con las varias facetas del ser humano. El norte siempre ligado a la racionalidad, al deber, mientras que el sur trata más conceptos como la pasión, la creatividad, el disfrute. Quizás la obra que más magistralmente habla de estos contrastes es la célebre "Canción de Hielo y Fuego" de George R. Martin, llevada al espectáculo visual de la pequeña pantalla que es la genial serie Juego de Tronos.

Pues bien, ahora que ya sabéis el contexto, podéis entender mejor las impresiones de un Norteño cuando pisó Granada por primera vez. Ya desde el avión las diferencias entre mi adorada Castilla y esta tierra se hacen patentes: El color amarillo-beige de los campos castellanos dejan paso a una tierra pintada con tonalidades color oliva. El aire de repente te trae el aroma del Naranjo y del Azahar...olores impensables nunca escritos en el Cierzo del norte.

Todo en Granada contrasta con ese suelo bendito donde moriré que es la ciudad del Cid. El gris del cielo deja paso al azul casi imperecedero de Andalucía, la racionalidad de las calles del centro burgalés se topan con el caos ordenado de el Albaicín nazarí, la fe cristiana que inspiró la soberbia dama gótica que es la catedral de Burgos se desvanece, trayéndome los exóticos acentos y ojores de Oriente, de las tierras de arena que adoran a Allah. El acento de los locales, cantarín y desenfadado, acaricia mis tímpanos, acostumbrados a la voz serena, clara pero algo inerte de mis hermanos del norte de Despeñaperros.

La racionalidad norteña nos hace vivir la vida. La pasión sureña les hace celebrarla. Y es así, no es culpa de nadie. Bueno, si. Del clima. Burgos y sus gentes nacen del frío, mientras que los nacidos aquí llevan el sol de Andalucía marcado en su mirada. En el norte el frío invita a recogerse en el hogar y a gozar del calor del fuego, a ser introvertido, a recogerse. El Andaluz tiene la imperiosa necesidad vital de abrirse. Es una maravillosa cultura de exterior la suya. Todo esto marca al final el carácter de la gente, que termina manifestándose en el sentir de un pueblo, en su forma de ver la vida.

Sin embargo, este contraste marcado por el blanco de la nieve y el rugido frío del viento no hacen que el Norte esté exento de belleza. ¿Sería acaso lo mismo Irlanda, la bella isla esmeralda, sin su verde icónico que lo inunda todo, sin sus perennes lluvias? ¿Tendría el mismo encanto la melancólica Galicia si en lugar del frío Atlántico el cálido Mediterráneo besase sus costas? ¿Marcaría el carácter de los hombres andaluces si al salir de su hogar la tibia caricia del sol no pudiese con el gélido abrazo de los afilados vientos que azotan los labios de las mujeres de Burgos?

La belleza de la flor de la Granada es distinta a la del Edelweiss bávara, la "flor de las nieves", pero ambas tienen sensualidad intrínseca para quien la quiera ver.
La belleza del sur se palpa en el aire, llega nítida y clara a los cinco sentidos, en un canto a la vida manifiesto. La sensualidad del Norte es como las ostras del Mar. Solo aquel con paciencia y empeño de abrir el duro cascarón del exterior descubre la hermosa pureza de la bella perla que encuentra en su interior. Cada hijo e hija del norte es un poco esa ostra. Recubiertos por un caparazón duro y áspero, pero con paciencia se desmenuza la gentileza y la honestidad que recibe en su corazón. Quien hace un amigo, un verdadero amigo del Norte tiene un tesoro garantizado para toda la vida. Que nunca se espere de su parte una palabra no dicha desde el cariño y el respeto desnudo o un acto que atente contra su amistad.
Ya te has ganado la perla de su corazón. Su amor sincero, limpio y puro, como las primeras nieves de invierno. Siempre encontrarás en nosotros la verdad y la honestidad, lo que nuestra alma es, verás. Lo único que nos haría falta es algo más de ese desprendimiento, de esa "Chispa" vital que hace que un andaluz enseguida le dedique una sonrisa o una palabra amable a un extraño.

llevemos en nuestra sonrisa la vitalidad desenfadada del Sur, mantengamos la pureza de espíritu que marca a los nacidos del Norte.
Granada. Burgos. La alegría andaluza y la sobriedad castellana. El Norte y el Sur. Dos caras de una misma moneda, dos opuestos que se atraen, dos amantes que cuando cuyos labios se encuentran conforman esta tierra de belleza sin igual llamada España.

Creía que el eslogan del patronato de turismo de la Junta de Andalucía "Tu mejor tu" era una frase presuntuosa.

Amigo lector, gracias por prestarme tu tiempo, unos minutos únicos, insustituibles e irrecuperables que has decidido usar buceando en mi mente, leyendo estas líneas. No te conozco, y tal vez nunca lo haga, pero para mí, eres perfecto.